
Garganta
El dolor de garganta es dolor, carraspera o irritación de la garganta que a menudo empeora al tragar. La causa más frecuente del dolor de garganta (faringitis) es una infección viral, como un resfrío o la gripe. El dolor de garganta provocado por un virus se resuelve por sí solo.
La faringitis estreptocócica (infección estreptocócica), un tipo menos frecuente de dolor de garganta causado por bacterias, requiere tratamiento con antibióticos para prevenir complicaciones. Otras causas menos frecuentes del dolor de garganta podrían requerir un tratamiento más complejo.
Síntomas
Los síntomas de un dolor de garganta pueden variar según la causa. Algunos signos y síntomas son:
- Dolor o sensación de picazón en la garganta.
- Dolor que empeora al tragar o hablar.
- Dificultad al tragar.
- Dolor e inflamación de los ganglios en la zona del cuello o la mandíbula.
- Amígdalas rojas e inflamadas.
- Manchas blancas o pus en las amígdalas.
- Voz ronca o apagada.
Las infecciones que causan dolor de garganta pueden dar lugar a otros signos y síntomas, entre otros:
- Fiebre.
- Tos.
- resfrío.
- Estornudos.
- Dolores en el cuerpo.
- Dolor de cabeza.
- Náuseas o vómitos.
¿En qué consiste?
Lo primero es aplicar descongestionante nasal para después iniciar la disección de la pared. Para esto se utiliza una fibra óptica rígida y fina que se introduce en la fosa nasal obteniendo una visión directa del lugar en el que se abren los senos nasales. Con las herramientas adecuadas, se procede a la resección del tejido anormal u obstructivo. Al final de la cirugía se realiza un control de los puntos sangrantes y dependiendo del caso, se pondrá un taponamiento nasal para evitar hemorragias o láminas de silicona para evitar que se adhiera de una pared a otra y se formen cicatrices anómalas.
La cirugía dura entre 1 y 3 horas según la complejidad del caso. Normalmente se taponan las fosas nasales con espuma coagulante y esponjas específicas que se deshacen solas o tapones que se pueden retirar fácilmente.
Alternativas a este tratamiento
La cirugía endoscópica nasal es una intervención muy segura ya que hoy en día existen medios terapéuticos qué facilitan tanto la intervención como la recuperación. Esta cirugía engloba las intervenciones del interior de la nariz, visualizando o manipulando las estructuras a través de instrumental óptico, como por ejemplo la septoplastia. Para más información, consulte a un especialista en Otorrinolaringología.